Mexico/ Paracaidismo en Puerto Escondido: explora sus cielos

Quienes han practicado algún deporte extremo, coinciden en que no hay emoción ni descarga de adrenalina que se compare con la de saltar de un avión en paracaídas.

Durante un minuto, lo que dura la caída libre, se vuela libremente con alas propias. Finalmente el altímetro marca 2500 pies y se tiene que abrir el paracaídas. En unos segundos, el ruido ensordecedor del viento chocando contra el rostro desaparece y un silencio casi absoluto invade el ambiente. Quienes han practicado algún deporte extremo, coinciden en que no hay emoción ni descarga de adrenalina que se compare con la de saltar de un avión. Es como entrar a otra dimensión, como hacer un hoyo en el tiempo donde todo sucede rápidamente.

Gracias a los avances tecnológicos y a la instrucción, el paracaidismo se ha convertido en un deporte muy seguro y en México se puede practicar en diversas zonas de salto como Cuautla, Cabo San Lucas, Playa del Carmen y Puerto Escondido, donde vivimos esta aventura. El curso que se imparte en este paradisíaco lugar se compone de una parte teórica de cuatro a seis horas y posteriormente se tienen que completar siete saltos con tu propio paracaídas. En cada salto uno va acompañado de dos instructores, quienes te sujetan durante toda la caída hasta que abres el paracaídas y después, desde tierra, por medio de radio, te guían en tu aterrizaje.

En cada salto vas aprendiendo cómo caer y volar estable, procedimientos de emergencia, aterrizajes y lo más importante, hacer conciencia de altura, ya que cuando caes parece que estuvieses flotando y no tienes una referencia clara, por lo que hay que estar pendiente del altímetro constantemente.

Cada año, a finales de octubre y hasta Semana Santa, el Club Cuautla de paracaidismo organiza viajes para saltar en las playas mexicanas y opera regularmente en Puerto Escondido y Puerto Vallarta. En esta ocasión nos dimos cita un numeroso grupo de paracaidistas en el aeródromo de Cuautla, donde abordamos un avión rumbo a la costa oaxaqueña. Durante una hora y media volamos sobre la espectacular Sierra de Guerrero y la del estado de Oaxaca. El piloto nos avisó que ya estábamos cerca de nuestro destino, emocionados comenzamos a equiparnos con nuestro paracaídas, altímetro, casco con cámaras y goggles.

Sobrevolamos la laguna de Manialtepec, la cual nos anunciaba que ya estábamos próximos a nuestro destino sobre la costa. El piloto alcanzó los 14 mil pies de altura y llegó el momento esperado. Abrimos la puerta del avión y saltamos uno a uno sobre un espeso manto de nubes, debajo de éste podíamos ver el azul del Océano Pacífico bañando la espectacular playa de Zicatela, en Puerto Escondido. Después de un largo minuto de caída libre, abrimos nuestros paracaídas y aterrizamos en la playa, no hay palabras para describir la experiencia. Hay que vivirlo.

Durante una semana estuvimos realizando diferentes tipos de salto como Trabajo Relativo, el cual consiste en saltar en grupos de dos y hasta más de 200 paracaidistas, quienes realizan figuras y estrellas sujetándose uno al otro durante la caída. Actualmente el récord mundial en esta modalidad es de 400 paracaidistas y se rompió el récord en Tailandia, donde participaron cinco mexicanos.

Otros estuvieron realizando saltos de Freefly. Esta modalidad es la más nueva y la caída se realiza parado, sentado o de cabeza, alcanzando velocidades de hasta 300 km por hora. Y qué decir de los tracking dives, que sin duda alguna son de los saltos más divertidos y espectaculares que se puedan realizar en grupo, donde se semeja las formaciones de vuelo de las aves en forma de V, con un paracaidista líder que es seguido por el resto.

Así, durante el día realizamos de siete a nueve saltos y para cerrar nos reuníamos en el Bar Fly para tomar una cerveza y ver los videos que habían tomado los diferentes camarógrafos del grupo.

Por: México Desconocido